Aunque vas bastante justo de tiempo, en dos días (o un fin de semana) es posible descubrir algunos de los barrios más bonitos y tradicionales de Lisboa y visitar sus monumentos más emblemáticos. A tu favor juega el hecho de ser una ciudad que se recorre fácilmente a pie o en sus estupendos (y originales) medios de transporte públicos.
Itinerario para visitar Lisboa en dos días:
Día 1:
– Plaza del Comercio. / La Baixa (2 -3 horas). La Plaza del Comercio es la más bonita e importante de Lisboa. Se abre al inmenso Tajo y da paso al barrio de la Baixa a través de la Via Augusta. Recorre la zona visitando las antiguas calles gremiales y sumérgete en el ambiente dinámico y bullicioso de la Biaxa. Desde aquí llegarás a las céntrica Plaza de Figueira y, junto a ella a la Plaza del Rossío, con sus animadas tiendas, cafés y terrazas. En la Plaza del Rocío verás la emblemática estación del mismo nombre y el Teatro Nacional Doña María II.
– Castillo de San Jorge / Alfama (3 horas). Desde la plaza del Rossío puedes coger el tranvía 12 o el 28 y llegar a lo alto de la colina donde se encuentra el Castillo de San Jorge, de visita indispensable. Una vez realizado el recorrido histórico y cultural, desciende por las laberínticas calles que forman el típico barrio de la Alfama (es más fácil bajar que subir). A mitad del descenso, verás la catedral de Lisboa, la Sé.
– Chiado. (2 horas + cena). De regreso a la Baixa, puedes finalizar la jornada subiendo a dos de los barrios con más encanto de Lisboa: Chiado y Barrio Alto. Puedes hacerlo cogiendo el elevador da Gloria (en la cercana Plaza de los Restauradores) o bien retrocediendo hasta la via Augusta y subiendo en el elevador de Santa Justa. Una vez en el Chiado, toma como punto de referencia la Plaza Luis de Camoens, que separa ambos barrios y piérdete por las calles aledañas, repletas de cafés, terrazas y establecimientos irrepetibles. Para terminar, en el Barrio Alto tienes multitud de restaurantes y pubs para continuar la noche lisboeta (si de quedan fuerzas).
Día 2:
– Barrio de Belem (4 – 5 horas). Desde la Baixa (Plaza del Comercio), coge el tranvía número 15 para llegar a uno de los barrios más importantes de Lisboa en el que te esperan algunos de los monumentos que, por sí mismos, justifican un viaje a la capital lusa: el Monasterio de los Jerónimos, la Torre de Belén y el Monumento a los Descubrimientos.
No te puedes marchar de la zona sin acercarte a la fábrica donde se producen los tradicionales y deliciosos pasteles de Belem.
Sin duda tendrás que volver a Lisboa ya que te has dejado atrás monumentos tan espléndidos como el Convento del Carmen, la iglesia de San Vicente de Fora, junto a museos magníficos como el de carruajes o el de Arte Antiguo.
Foto: Fr Antunes